Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales en América Latina
La historia de las Zonas Económicas Especiales en América Latina inició con la habilitación de las primeras zonas francas en Uruguay en 1923 y en Centroamérica arranca 1948 con la inauguración de la Zona Libre de Colón, en Panamá.
Colombia dio inicio al uso de esta figura en 1958 y República Dominicana en 1969, ambas reúnen poco más de 368 zonas francas del total de 710 que son reportadas a nivel Iberoamericano.
La evolución de las zonas francas ha ido acorde a las necesidades de logística y comercio actuales y de esa cuenta en América Latina, hoy se tienen zonas francas y zonas libres comerciales, de servicios y logística, lo que incrementa el impacto positivo de las inversiones.
Instrumentos como los Tratados de Libre Comercio, reducción de aranceles y acuerdos comerciales de los diferentes países contribuyen a que ambas figuras sean cada vez más atractivas, constituyéndose en verdaderos polos de desarrollo que impactan de manera positiva en el impulso económico en las regiones donde se instalan, así como en la generación de empleo y la tecnificación de la mano de obra.
En la región centroamericana, Costa Rica y Guatemala, iniciaron el desarrollo de Zonas Económicas Especiales en 1990, aunque ya en 1973 había sido creada la Zona Libre de Industria y Comercio “Santo Tomás de Castilla”-ZOLIC- que lleva operando 50 años desde el Atlántico guatemalteco.
Nicaragua y Costa Rica, lideran el impulso en la instalación de zonas francas 52 y 53 respectivamente en ambos países las políticas impulsadas desde el Estado han facilitado la instalación de empresas internacionales, una receta que han generado desarrollo y miles de fuentes de empleos sin dejar de lado la importancia en la tecnificación de la mano de obra y las condiciones laborales.
En Guatemala, se reportan 4 zonas francas y 11 Zonas de Desarrollo Económico Especial Públicas- ZDEEP- autorizadas y 4 en proceso, esta figura fue creada en el 2008 y en los últimos tres años empieza a tener auge debido a la diversidad de actividades comerciales, industriales y de servicios que ofrecen.
Las estadísticas más recientes dan cuenta que en la región iberoamericana, funcionan 710 zonas francas, que albergan más de 10,700 empresas haciendo las inversiones más competitivas y generando cadenas globales de valor.
Las Zonas Económicas Especial de la región generan más de 1 millón de empleos directos y se calcula que más de 1 millón 600 mil empleos indirectos, en países como Costa Rica por ejemplo 6 de cada 10 nuevos empleos formales se generan en una Zona Franca.4
Para los países en vías de desarrollo ambas figuras han sido claves para la consolidación de sus economías y luego del paso de la pandemia a nivel mundial la tendencia del “nearshoring” encuentra en ambas figuras la forma más rentable y competitiva de continuar con sus actividades industriales y comerciales.