Que no nos deje el tren - Alegalis

         

           En declaraciones recientes, el Presidente de la República, Bernardo Arévalo, reveló a medios de comunicación que existen conversaciones con el mandatario Mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para trabajar en conjunto, con el propósito que el Tren Maya, cuya construcción ha impulsado el Gobernante Mexicano, se extienda hasta Guatemala. En las mismas declaraciones, el presidente de Guatemala confirmó que el tramo no afectaría áreas protegidas o de reserva de Guatemala, pues se utilizarían caminos y vías ya existentes (una preocupación manifestada por entidades medioambientales); y que ya se organizan las primeras reuniones técnicas para dar forma a estas conversaciones políticas.

            Las declaraciones del Mandatario Guatemalteco, cobran principal importancia, cuando habiendo concluido sus primeros 6 meses de gobierno, se hacen críticas a su gobierno, por la falta de atención a la infraestructura de comunicación del país, especialmente, porque el Gobierno no ha logrado coordinar la atención a los primeros desastres que ha provocado la temporada lluviosa, así como tampoco se han generado desde el Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas,  los contratos que permitan el mantenimiento y desarrollo de la red vial del país.

            Si a esta situación de las carreteras, sumamos el impase que existe actualmente en cuanto a la continuidad o no, de la entidad APM Terminals en Puerto Quetzal, o los rumores que han aparecido recientemente, en cuanto al nivel del calado actual de los puertos nacionales, los cuales al parecer se encuentran azolvados, nos encontramos como país, atravesando una tormenta perfecta en cuanto a las capacidades de nuestras principales vías de comunicación.

            En este contexto, por supuesto las palabras del presidente Bernardo Arévalo, al respecto del Tren Maya, son bienvenidas y su intención de buscar una conexión a Guatemala de este medio de transporte, se puede convertir en una alternativa viable que debemos perseguir como país, para el traslado de mercancías y personas entre México y Guatemala.

            En meses pasados, tuve la oportunidad de viajar por tierra entre las Ciudades de Mérida y Tulum, para ese momento la construcción del ramal del Tren Maya que unirá la Capital del Estado de Yucatán con la Riviera Maya estaba en construcción, los problemas y retos para implementar la vía del tren no son menores. Como todo en la vida, para lograr disfrutar de una obra de esa envergadura, se lesionarán intereses de terceros y no todo mundo estará de acuerdo; el desarrollo no es gratuito ni tampoco es sencillo, pero debe sacarse adelante.

             No se puede juzgar al Gobierno Guatemalteco, luego de solo seis meses de gestión, sobre todo no se puede, sin analizar la coyuntura en la que llego al poder y aquella en donde está tratando de gobernar, por supuesto Toca ahora que el Gobierno de Bernardo Arévalo, pueda demostrar sus dotes de negociación política, para que el Congreso se sume a la obra que necesitamos en Guatemala para contar con una infraestructura que nos permita movilizar personas y productos. El Tren Maya y su conexión a Guatemala es crucial, reparar la destrucción que han dejado las primeras lluvias a nuestra red vial también, contar con vías de comunicación ágiles y eficientes es una necesidad para que el país salga adelante y el desarrollo pueda llegar a más personas, es indispensable que no nos deje el Tren.

 

 

Juan Antonio Mazariegos G.

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